No muy lejos de allí, había un estudio fotográfico, en el que un anciano solía revelar fotos. Era la época en que los momentos instantáneos empezaban a quedar plasmados para siempre en un trozo de papel especial. Mágico. Imagínate en ese momento. De la nada a la captura de imágenes. ¿Cómo puede ser posible?
Vivimos en un momento en el que las imágenes lo son todo, pero han perdido su encanto. Hacemos miles de fotos de una sola cosa. Hacemos tantas fotos que incluso nos olvidamos de captar el momento con nuestros propios ojos. No importa, tenemos recuerdos eternos en nuestros dispositivos tecnológicos.
Pero espere un momento. ¿Te imaginas tu vida sin imágenes? Apuesto a que tienes más de 1.000 fotos en tu teléfono. La mayoría de tus gatos o de tus hijos.
Sí, lo sabemos. Aunque seamos predecibles en algunos campos, el ser humano no se deja impresionar fácilmente. El futuro se ha predicho millones de veces en películas futuristas. Pandemias, zombis y robots que conquistan el mundo.
Las vemos y nos quedamos atónitos. Pensamos en el punto incrédulo de la película. «Eso nunca ocurrirá, es imposible».
Pero la diferencia entre ficción y realidad es sólo una cuestión de percepción.
Ojo. Mente. Cerebro. Células trabajando para comprender una imagen. Un sonido. Un fotograma.
¿Qué sería de la vida sin un atisbo de realidad?
Somos de los que piensan en los paradigmas de la vida. Por eso empezamos a analizar cada píxel e intentamos volver a entender el mundo.
Kimera es la herramienta para entender el mundo tal y como es. Complejo, pleno, vibrante, evolutivo.
La herramienta que te da las instrucciones para tu próximo objetivo, para cumplir tu presente y tu futuro.
La próxima generación de creadores de contenidos y buscadores de insights ya está aquí.
No es cosa del futuro, es cosa del presente.
Kimera, cuando la ficción se encuentra con la realidad.
